A algunos jugadores les cuesta mucho sus primeros partidos como profesional, mientras que otros empiezan con pie derecho. Dice un dicho que “lo difícil no es llegar sino mantenerse”. Justamente esto le ocurrió a un joven delantero que en una plaza difícil anotó dos goles en su debut y muy rápido dejó el fútbol ante la falta de oportunidades.
Millonarios inició el 2003 con una nueva ilusión luego de que el año anterior no había clasificado a ninguno de los cuadrangulares finales. Norberto Peluffo era el técnico azul y en ese momento se volvió obligatorio alinear un jugador Sub 20 en cada partido. Los capitalinos debían visitar al Unión Magdalena en Santa Marta, una plaza siempre difícil para cualquier equipo no solo por el clima sino por el estado de la cancha.
Peluffo ese día alineó a: Héctor Búrguez, Omar Rodríguez, Johan Viáfara, Alex posada, Belmer Aguilar, Luis Zapata, Andrés Pérez, Jorge López Cabellero, Mayer Candelo, Omar Guerra y Wilberto Valencia (Sub 20). Por otro lado, el Unión Magdalena había sorprendido en 2002 al ocupar el quinto puesto en la reclasificación. Ese día Millonarios no tenía aún la nueva indumentaria Runic y debió usar la Saeta del año pasado tapando con una cinta negra su patrocinio Mustang.
Generalmente, los juveniles actuaban pocos minutos y luego eran sustituidos. Wilberto Valencia un joven de 19 años, oriundo de la costa del pacífico colombiano y que llevaba poco más de 2 años en Millonarios hacía su debut. A los 11 minutos aprovechó un pase largo y definió por encima de Luis Fernández. Trece minutos después, Mayer Candelo inició una jugada a riesgo y Valencia solo tuvo que tocarla. Ahí no aguantó la emoción y se quitó la camiseta blanca para revolearla con emoción y celebrar con sus compañeros del banquillo.
Peluffo sustituyó a Wilberto a los 74 minutos y al final del partido el juvenil se vio muy sereno dando declaraciones: “Me siento muy contento y este triunfo se lo dedico al señor. Feliz no tanto por los dos goles sino por lo que significan los tres puntos que son muy importantes para nosotros”. Wilberto Valencia anotó el primer gol de todo el Apertura 2003 y se convirtió en el primer jugador en el fútbol colombiano en marcar dos goles en su debut en los primeros 45 minutos.
De inmediato lo apodaron el “temblor” Valencia por su particular forma de celebrar y que varios medios registraron al día siguiente cuando lo visitaron en el sitio donde vivía. Reinaldo Rueda lo convocó a una Selección Colombia Sub 20 que se preparaba para una gira luego de su participación en el Sudamericano, al final no quedó.
Ese semestre disputó un par de juegos más hasta que “recibió de su propia medicina”. Carlos ‘Copete’ Ortiz debutó con doblete ante el América en El Campín y ya no hubo quien le sacara el puesto. No se volvió a saber de Wilberto, ciertos rumores decían que comn unos amigos hacía un espectáculo de champeta donde bailaba de la misma forma como celebraba los goles, como el “temblor” Valencia.
Noticias Uno lo encontró en 2008 como obrero en una construcción al norte de Bogotá. Allí se ganaba $23.000 al día y ya tenía 24 años. Wilberto no perdía las esperanzas de volver a jugar fútbol y dijo en el reportaje: “Me gusta estar bien, comer bien, comprar mis guayitos, mi ropita. Me gustaría volver a jugar para demostrarle a más de uno que yo si puedo”.