Se suicidó un arquero argentino que fue ídolo en Colombia

Fue el 4 de febrero de 1994 cuando Alberto Pedro Vivalda decidió terminar con su vida. Se arrojó al paso de un tren en las vías del Ferrocarril Mitre en San Isidro cuando solo tenía 37 años.

El guardameta estuvo en las inferiores de River Plate y debutó profesionalmente en 1975 con 19 años cuando reemplazó en un partido al gran ‘Pato’ Fillol. En la penúltima fecha de ese año los jugadores profesionales entraron en huelga y los juveniles debieron sustituirlos. Vivalda estaba entre ellos y fueron tildados de traicioneros por algunos. Los ‘millonarios’ enfrentaron a Argentinos Juniors, el joven arquero había debutado solo 15 días antes, ganaron 1 – 0 y los de ‘la banda cruzada’ se coronaron campeones después de 18 años de sequía.

Después del título Vivalda buscó nuevos horizontes y pasó a Chacarita. Más adelante jugaría en Racing y a mediados de 1982 llegó a Millonarios de la mano de José Omar Pastoriza. Se convirtió en ídolo albiazul y se le apodó el ‘Loco’ por algunas jugadas arriesgadas que hacía saliendo de su arco e intentando driblar rivales. Usaba una gorra roja y agarraba los centros con una sola mano. Se dice que no era muy sociable y no tenía amigos en el fútbol, era un ser extraño.

No fue campeón con Millonarios, pero es recordado con gran cariño. Tapó aproximadamente 225 partidos y recibió 127 goles. Una noche de Copa Libertadores en 1985 los capitalinos perdían 0 – 1 en ‘El Campín’ con Cerro Porteño. Los ‘embajadores’ estaban jugados en ataque y en un contragolpe quedaron Daniel Raschle y el argentino. El delantero sacó a Vivalda y de “sobrado” esperó en la línea a puntear el balón hasta que el arquero estuviera a punto de llegar. ‘El Loco’ no aguantaba humillaciones y a pesar de que no pudo evitar la anotación, se llevó a Raschle que terminó dentro del arco.

En 1985 dejó Colombia y volvió a su país donde jugó en Unión de Santa Fe, Platense y Ferro. También estuvo en sus antiguos clubes Racing y River Plate, pero no tuvo suerte. Se retiró con solo 33 años no tanto por su falta de condiciones sino por su estado anímico. Al final de sus días tenía dificultades económicas, su esposa decidió separarse de él y sufría una gran depresión.