La clave de Barranquilla para la gran pegada de Juan Sebastián Verón

Ha sido uno de los mejores volantes argentinos de la historia con una gran trayectoria en su país, en Italia y en Inglaterra. Una de sus grandes cualidades era la forma en la que le pegaba al balón, gracias a eso sus pases largos y tiros libres fueron de vital importancia para el equipo.

Juan Ramón Verón fue un histórico puntero izquierdo de Estudiantes de La Plata con el que ganó las Copas Libertadores de 1968, 1969 y 1970 y la Intercontinental ante el Manchester United, justamente con gol de él en Old Trafford. La “bruja” pasó un par de años en Grecia jugando para el Panathinaikos y en 1975 regresó a Estudiantes en 1975. Verón quería seguir en el exterior y por eso cuando su excompañero Alberto Poletti, cerca a Fuad Char, le dijo que si le gustaría ir a Colombia aceptó.

A comienzo de 1976 llegó el argentino a Barranquilla con su esposa Cecilia Portela y el pequeño Juan Sebastián que en marzo iba a cumplir 1 año. Juan Ramón ya superaba los 30 años, por eso en vez de ser puntero fue más un volante creativo y encajó muy bien en el Junior. En ese 1976 quedaron cuartos y antes de iniciar el hexagonal final de 1977 renunció el técnico José Varacka por desacuerdos con los directivos. Asumió Verón como jugador y técnico y los “Tiburones” ganaron su primera estrella.

El equipo contaba con jugadores como: Juan Carlos Delménico, Rafael Reyes, Óscar Bolaño, Eduardo Solari, Alfredo Arango, Dulio Miranda, Julio Comesaña, Ariel Valenciano, Camilo Aguilar, entre otros. Verón se convirtió en ídolo y al mismo tiempo estaba criando a un crack. Justo ese año el pequeño Sebastián comenzó a acompañar a su padre a los entrenamientos y se quedaba detrás del arco pateando y pateando balones, apenas tenía 2 años.

‘El Lado V’ es la autobiografía de Sebastián Verón y allí su padre cuenta que vivían en la calle 72 con carrera 53, a unas pocas cuadras del Estadio Romelio Martínez y ese apartamento parecía una “cancha de fútbol” donde Sebastián pateaba balones y rompía vidrios. Además, el niño iba con el plantel a las playas de Puerto Salgar y algunos aseguran que jugar allí, en medio de esa dificultad, también le sirvió para tener un fuerte y preciso remate.

En 1978 la “Bruja” jugó en Cúcuta y en 1979 regresó a Junior donde estuvo unos meses más. Con 4 años, Sebastián Verón se despidió de Barranquilla y volvió a Argentina a hacer todas las divisiones menores en Estudiantes de La Plata. El propio Juan Ramón confesó que su hijo tuvo algún acercamiento con el Junior para ir a jugar allí antes de cumplir 20 años, pero no hubo un arreglo económico. “La Brujita” debutó con Estudiantes, pasó a Boca Juniors y tuvo una larga trayectoria en Europa: Sampdoria, Parma, Lazio, Manchester United, Chelsea e Inter de Milán. En 2006 una vez más se vistió de “Pincharrata” y ganó una Copa Libertadores como su padre.

Juan Sebastián Verón pisó de nuevo Barranquilla en febrero de 1997 cuando Daniel Passarella lo convocó a un partido por Eliminatorias. En entrevista con El Tiempo dijo: “Aquí mi padre vivió unos de los mejores años como futbolista y tuvo la suerte de integrar un buen equipo. Además, la ciudad fue calurosa y le dio mucho a él. Por eso quiero conocerla. La verdad es que no recuerdo nada de Colombia, pero por las fotos y lo que me cuentan mis padres son recuerdos muy buenos. Yo tengo a una hermana colombiana, Semil. Nació en Barranquilla, pero ella no la conoce”. Ese día Verón jugó por primera vez como titular un partido por Eliminatoria con la Selección Argentina que ganó 0 – 1.

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Editorial El Cinco Cero