Los Mundiales se definen por detalles. Esas pequeñas decisiones que significan la diferencia entre seguir adelante o irse casa. En una noche fría como la de Perth, a la Selección Colombia femenina le alcanzaron los ahorros para pasar primera de su grupo y evitar a Francia, pero pudo haber hipotecado parte de sus posibilidades de cara al partido contra Jamaica en la siguiente ronda del torneo. 

El partido se presentaba como una oportunidad para ahorrar esfuerzos y mantener el momento positivo del equipo. Tras los noventa, quedó la sensación de que no logramos ni lo uno, ni lo otro. 

Lo mejor que tiene Colombia en este torneo está en la cancha. No hay mucho más. Ante esta realidad y la posibilidad de avanzar primeros con dos de los tres resultados posibles, era lógico pensar en proteger algunas de las jugadoras con amarilla, y rotar el equipo temprano en la segunda mitad. 

Nelson Abadía debió ver al equipo bien fisicamente porque decidió mantener su once estelar e ir a por todo. Tampoco parecía una decisión completamente equivocada, pero el partido mostró otra cosa bien temprano y el técnico nunca le pudo encontrar la vuelta.

Colombia salió muy imprecisa. Marruecos plantó su doble línea de cuatro y decidió darle la pelota a nuestras dos centrales que se cansaron de no saber que hacer con ella. En ese contexto, el equipo apeló al juego vertical para tratar de simplificar el partido, pero se consumió en un ida y vuelta que pagó caro con un error infantil de Daniela Arias sobre el final dem primer tiempo, dándole la oportunidad al arbitro de pitar un penal dudoso que Marruecos convirtió por gol.

Ya para el segundo tiempo el equipo se encontró con Linda por la izquierda. Es claramente donde hace más daño yendo hacia adentro y dejándole la banda libre a Vanegas. Es inexplicable por qué sigue arrancando los partidos por la derecha.

Aún con un poco más de claridad, el partido se fue fundiendo en las piernas de las colombianas que tiraron los restos, pero se notó el cansancio. Sólo llegó un cambio para reforzar la mitad hacia la hora de juego y luego dos cambios más sobre los últimos diez minutos sin mayor sentido. Muy poco, muy tarde. 

La Selección Colombia femenina llegó a Berth con el pecho inflado y se va con algunos moretones. Perder con Marruecos es lo de menos. Ahora queda la incertidumbre sobre el tema físico con 24 horas menos de descanso comparado con Jamaica y un equipo que parece estar al límite.

Arranca el Mundial del mata-mata. Colombia tendrá que subir de nuevo la intensidad, pero sobretodo encontrar más la pelota por los circuitos de Usme y Santos para evitar hacer un partido de ida y vuelta frente a un rival fuerte y rápido. Los dos equipos tienen una buena línea defensiva, pero serán los detalles los que definan quien sigue y quien vuelve a casa.

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Juan Cardoso