¿Cuándo nació la rivalidad entre Argentina e Inglaterra?

Desde la “Mano de Dios” y el golazo arrancando de mitad de cancha de Maradona en México 1986, hasta la pelea entre Diego Simeone y David Beckham en 1998, la historia de los Mundiales nos ha dejado momentos icónicos del enfrentamiento entre ambas selecciones.

Por: Eduardo Andrade – @Eduardoar05

El choque entre ingleses y argentinos ha sido uno de los duelos más polémicos de todos los tiempos de la Copa del Mundo. Aunque la mayoría de los recuerdos de juegos entre los dos equipos están en los campeonatos de finales del siglo pasado, el origen de este antagonismo se remonta al Mundial de 1966, en donde precisamente Inglaterra fue el país anfitrión.

El 23 de julio de aquel año, en el Estadio de Wembley, se enfrentaban por los cuartos de final la selección local y la albiceleste en un juego que quedaría para la memoria del fútbol. Inglaterra llegaba al encuentro después de haber sido primera en el grupo 1, mientras Argentina había terminado detrás de Alemania Federal en el grupo 2.

Desde el arranque el compromiso fue inclinado a favor de los ingleses por parte del juez central, el alemán Rudolf Kreitlein, pitando rigurosamente faltas a favor del conjunto anfitrión. En el minuto 36 del partido, el mediocampista Antonio Ubaldo Rattin, tras reclamarle las decisiones al árbitro, fue expulsado del encuentro por Kreitlein. Sin embargo, el jugador argentino no se marchó del campo, pues exigía que un intérprete entrara a la cancha para poder comunicarse de manera correcta con el juez alemán, quien no hablaba español, ya que Rattin tampoco entendía lo que éste le estaba diciendo.

Cabe resaltar que en aquella época no se utilizaban todavía las tarjetas para sancionar infracciones y las expulsiones eran indicadas de manera particular por los árbitros utilizando su dedo índice. Pasaron cerca de 10 minutos en los que todo el equipo de Argentina estuvo reclamándole al juez, mientras Rattín se resistía a irse del partido.

Finalmente, al minuto 47 el centrocampista se retiró del campo de juego, dando casi una vuelta olímpica alrededor de la cancha mientras con sus manos hacía el gesto a la tribuna de: “¿Cuánto le pagaron?”. Los aficionados ingleses solamente gritaban “¡Off, Off!” (“¡Fuera, Fuera!”), mandando al argentino al vestuario.

La imagen que vendría a continuación terminó dándole la vuelta al mundo: yendo ya por la esquina de la cancha, Antonio Rattín estrujó el banderín del tiro de esquina, el cual tenía impresa la bandera británica, no sin antes haberse sentado en una alfombra roja, ícono de la Reina Isabel II, en un rincón del campo. Este par de hechos aumentaron la ira de todos los hinchas europeos, quienes le seguían gritando al volante, y del mismo seleccionador inglés, Alf Ramsey, quien lo único que hacía era referirse a los argentinos como “animales”.

El juego se reanudó y tras un primer tiempo que duró 55 minutos, a 12 del final el delantero del West Ham United, Geoff Hurst, anotó de cabeza el único gol del encuentro dándole el triunfo al equipo de la Reina y que terminaría siendo campeón de aquella Copa del Mundo. Al finalizar el partido, el reporte del juez central, Rudolf Kreitlein, decía que la expulsión de Antonio Rattin había sido: “Por su mala forma de mirar”, decisión que sigue siendo polémica más de medio siglo después y que dio origen a una de las más férreas rivalidades del Campeonato Mundial de Fútbol.