Pablo Escobar y su venganza a dos históricos futbolistas

Para nadie es un secreto que uno de los personajes más sangrientos en la historia de Colombia era aficionado al fútbol. Sus allegados lo han confirmado en diversas ocasiones y varios ex futbolistas han contado que lo visitaron e incluso jugaron partidos con él.

Hernán Darío Herrera fue un exquisito volante que jugó en Atlético Nacional de 1977 a 1984. El ‘arriero’ también había hecho parte de la nómina campeona en 1976 y ganó el título de 1981. Casi una carrera paralela tuvo Pedro Sarmiento con los verdolagas durante los mismos años, pero este era volante de marca aunque con buena técnica.

Aparte de su coincidencia como futbolistas, las hermanas López se fijaron en ellos. Gloria Amparo se casó con Pedro y Maribel lo hizo con Hernán Darío. Siendo figuras de Atlético Nacional, en 1985 hubo una millonaria transacción y los concuñados se marcharon al América de Cali. Allí también ganaron títulos, Sarmientos estuvo hasta 1987 y Herrera se retiró en 1992.

En los años 80 varios clubes colombianos estaban manejados por narcotraficantes, algunas veces de manera directa, con testaferros o los usaban para lavar dinero. Varias versiones coinciden con que Pablo Escobar, líder del Cartel de Medellín, era hincha del DIM aunque también simpatizaba con Atlético Nacional. Por otro lado, lo hermanos Rodríguez Orejueja, líderes del Cartel de Cali, eran los dueños del América.

Fernando Rodríguez es uno de los hijos de Gilberto Rodríguez Orejueja y escribió un libro llamado “El hijo del ajedrecista”. Allí cuenta que Pablo Escobar jamás les “perdonó” a Hernán Darío Herrera y Pedro Sarmiento que se hubieran ido al equipo de sus enemigos. En aquel momento ya comenzaban los probemas y disputas de poder entre el Cartel de Cali y Medellín.

“En unas vacaciones de los jugadores, Pablo los mandó a recoger, les mandó una gente. Se los llevaron al escondite donde estaba Pablo, y los sentó en un escritorio y les hizo saber que estaba muy bravo con ellos por lo que habían hecho. ‘Hoy les perdono la vida’, les dijo Pablo Escobar, pero les indicó que debían volver a Cali como informantes de él, y les dio unos números telefónicos para que le informaran periódicamente en dónde se encontraban sus nuevos patrones para poder enviar los sicarios para ultimar a los capos del cartel de Cali”, cuenta Fernando Rodríguez.

Según esta versión los jugadores aceptaron pero simplemente para que los dejaran ir. Una vez llegaron a Cali le pidieron protección a los hermanos Rodríguez Orejuela para ellos y sus familias. “Pablo Escobar se alcanzó a dar cuenta y en una sangrienta reacción alcanzó a matar a los suegros de los jugadores americanos y a algunos otros miembros de las familias de las esposas de Herrera y Sarmiento, entre ellos a unos primos y al abuelo, le mató siete u ocho personas, pero los demás lograron escapar, unos en bus, y otros hasta en moto llegaron a Cali”, dice el hijo del ex narcotraficante.

En 1993 murió Pablo Escobar y hasta entonces Herrera y Sarmiento pudieron volver a Medellín. Ambos no hablan públicamente del tema aunque en 2018 uno de los sicarios de Escobar, ‘Popeye’, volvió a tocar el tema en una entrevista para el Diario Popular de Perú involucrando a otro jugador del América. “Ricardo Gareca siempre estuvo en la mira de Pablo Escobar, sin embargo, no llegaron a él. El amor por el fútbol del ‘Patrón’ lo salvó, pues a él y a los otros jugadores de América de Cali se contempló colocarles un carro bomba”.

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Editorial El Cinco Cero