Volvió el torneo que enfrenta a los mejores equipos de Sudamérica y que solo tienen un objetivo: ser el campeón continental. La decimosexta edición de la Copa Libertadores Femenina reúne a dieciséis clubes que competirán bajo un formato de cuatro grupos, que luego se irán eliminando desde cuartos de final, hasta llegar al partido definitivo.
Colombia será representado por los dos equipos que disputaron la final de la Liga Femenina en la edición 2024: Deportivo Cali, el campeón, y Santa Fe, subcampeón. La mejor participación de las azucareras fue en 2022, cuando terminaron en cuarto lugar, tras perder el tercer puesto ante América de Cali; mientras que las leonas tuvieron que conformarse con el subcampeonato en 2021, luego de caer en la final con Corinthians.
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El único equipo colombiano que ha sido campeón de la Copa Libertadores Femenina es Atlético Huila, quien en 2018 sorprendió al Santos de Brasil desde el punto penal y se quedó con la gloria continental.
Aquel equipo estuvo comandado por Yoreli Rincón, pero también contó con jugadoras de mucha madurez, entre ellas, Carmen Rodallega, que es sinónimo de experiencia cuando se habla de fútbol femenino en Colombia y tiene todo el criterio para opinar.
Deportivo Cali comparte grupo con Guaraní, Alianza Lima y Santiago Morning; la percepción de Carmen es que, a pesar de que van con jugadoras muy jóvenes y sin tanta experiencia internacional, es muy viable que puedan pasar a segunda ronda, pero aún así, lo importante será sumar de a tres, llevar cada resultado poco a poco y que las cosas le salgan bien dentro de la cancha.
Se atrevió a vaticinar que las azucareras podrían llegar a la gran final y “por qué no alegrarnos con el título para Colombia”.
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De Santa Fe destacó el grupo mixto de jugadoras jóvenes y experimentadas, pero su grupo es más fuerte porque comparte con Ferroviaria de Brasil y siempre están en constante evolución. Independiente del Valle y Peñarol, completan el cuarteto.
Dejó ver su preocupación por la poca competitividad, ya que la liga se acabó hace más de dos meses y cree que “eso puede costar en una Copa Libertadores porque lo que se necesita es estar compitiendo a un buen nivel para minimizar errores”.

Por supuesto que recordó el momento cuando Atlético Huila conquistó el sur del continente y se quedó con el título: “Haber ganado esa Libertadores para Colombia fue un plus. Se sentó un precedente de que al fútbol femenino hay que visualizarlo y apoyarlo”. Todo esto porque, en ese momento, se desconocía si en 2019 habría Liga Femenina y como la misma Carmen lo nombró “había un sinsabor”.
También resaltó la nómina que tenía el cuadro opita en aquel torneo “eran jugadoras que ya habían representado a su selección y esa madurez fue clave en la competencia y en el éxito deportivo”.
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La conclusiones de Carmen Rodallega respecto al fútbol femenino en Colombia es que no hay una estructura ordenada, ni que pueda ser viable, y que se requieren muchos torneos de fútbol base para que sigan surgiendo jugadoras que puedan llegar a los equipos profesionales sin tantos vacíos en formación. Bogotá, Medellín y Cali son las ciudades que, de manera interna, intentan mejorar a nivel nacional.
Seis años después del título del Atlético Huila: “El fútbol femenino en Colombia ha mejorado en cuanto a visualización, pero en realidad, sigue siendo lo mismo de antes, no hay fútbol base ni torneos nacionales en ninguna categoría. Solo existe la Liga Profesional que apenas dura unos meses y luego, las jugadoras no tienen más por hacer”.