Antes de iniciar una Copa del Mundo ya existían grandes controversias de parte de jugadores, especialmente los arqueros. Tal vez nunca existieron tantos comentarios por un balón, pero un atacante se dedicó a estudiarlo y terminó siendo el mejor jugador del Mundial.
Por: Felipe Valderrama – @ValderramaFeli
“Pelé, Platini, Beckenbauer, un montón de jugadores que hay dentro de la FIFA, yo les pediría que en vez de hablar de Diego Maradona se fijen en una pelota que le haga bien al jugador de fútbol. Una pelota que la puedan agarrar, que le puedan dar el ‘chanfle’ que quieren, esta pelota es imposible. Yo lo viví personalmente en los entrenamientos ¡no dobla viejo! ¡no dobla!…el cambio de frente en este Mundial, no vamos a ver ninguno que pueda parar la pelota”, dijo Maradona, técnico de la Selección Argentina. Y esta declaración fue luego de ganarle 2 – 0 a Grecia en el tercer partido de la fase de grupos de Sudáfrica 2010.
En diciembre de 2009 se presentó en Ciudad del Cabo, Sudáfrica el ‘Jabulani’. Su nombre provenía de la lengua zulú que significa celebrar. David Beckham fue el maestro de ceremonía y allí se hizo énfasis en que contaba con los 11 colores que representaban los 11 jugadores por equipo, los 11 idiomas de Sudáfrica y las 11 tribus del país. Lo más llamativo es que dijeron tenía una redondez casi perfecta por los 8 paneles 3D con el que estaba sellado. De inmediato se empezó a usar en la Bundesliga y algunos se quejaron porque Alemania tendría ventaja para el Mundial.
Al comienzo hubo reacciones positivas, dijo Michale Ballack: “El balón hace exactamente lo que yo quiero que haga”. De otro lado Frank Lampard expresó: “Con él siempre lanzas al punto exacto”. El ‘Jabulani’ se usó también en el Mundial de Clubes de la FIFA en ese diciembre de 2009 donde Barcelona fue campeón. Conforme se fue acercando el inicio del Mundial comenzaron las críticas, una de las más fuertes de Gianluigi Buffon: “Creo que es una verguenza jugar con una pelota como esta un torneo tan importante”.
Pero no todo paró ahí, Júlio Cesar, el arquero brasileño, lo comparó con las pelotas que se compran en un supermercado e Iker Casillas sentenció: “es una pelota de playa”. Thomas van Schaik, jefe de Relaciones Públicas Globales de Adidas, lo defendía diciendo que se demoraron 3 años en fabricarlo y que era un balón más pequeño y pesado hecho del mejor cuero jamás fabricado y su vuelo era excepcional. “No criticaré el balón de la Copa. Todo lo que es nuevo causa una impresión diferente”, dijo Kaká defendiendo el balón, pero muchos lo vieron como una visión corporativa al ser la imagen de Adidas.
Por otro lado, Lionel Messi, que también era imagen de la marca alemana, criticó el ‘Jabulani’ sin palabras tan fuertes tras el primer partido del Mundial ante Nigeria: “La pelota es muy complicada para los arqueros, para nosotros. No le agarramos la mano todavía, ojalá que pronto nos vayamos acostumbrando, porque no nos queda otra”. Mientras toda esta polémica se generaba, Diego Forlán había guardado silencio durante semanas, aunque tenía un “secreto”.
Sebastián Abreu recordó en el programa ‘Frente a Frente’ de ESPN: “Forlán se quedaba en el Atlético de Madrid después de los entrenamientos, como el tenía contrato con la misma marca de la pelota, y él se quedaba y pateaba tiros en movimiento, tiros libres y fue el único que sabía”. En el segundo partido de Uruguay el delantero le anotó a Sudáfrica de media distancia, el balón rozó en un rival, y luego de penal. En los cuartos de final a Ghana de tiro libre, a Holanda en la semifinal de zurda fuera del área y a Alemania por el tercer puesto con una gran volea.
“A ese marca ya la había sufrido en la final de la UEFA que ganamos con el Atlético de Madrid. En la preparación al Mundial le pedía a ‘Mingu’ (utilero de la selección) seis, ocho pelotas para patear de 35 metros, de zurda y de derecha. El problema era pegarle de lejos porque cuando la agarraba bien se iba para arriba. De todas formas es algo que practico con todas las pelotas”; dijo Forlán a Referi. Y no hay duda que funcionó, casi todos los goles de Forlán fueron de media distancia.
Pero la historia iba más allá, Diego Forlán pasaba horas hablando con su padre Pablo, que también fue futbolista, y con su hermano sobre cómo pegarle al ‘Jabulani’. Uruguay quedó en cuarto lugar y a Forlán le dieron el Balón de Oro del campeonato. Al final el trabajo y la preparación le dio frutos, mientras otros “lloraban” el trabajaba. “El ‘Jabulani’ me dio la alegría de mi vida”, recordó Forlán alguna vez.