Ser campeón es un anhelo; Atlético Bucaramanga no quiere dejar pasar el tren del título, Santa Fe tiene la mayor obligación.
Rafael Dudamel y Pablo Peirano hicieron una revolución en la liga desde el juego y lo emotivo, sus equipos venían de un semestre en el que la eliminación y los problemas eran las palabras que los definían, hoy tienen una frase en común “sueño de campeón”.
La espera del Leopardo
Bucaramanga sabe que es su oportunidad, ya la perdió en 1997 y quiere borrar ese fantasma (no Ballesteros) para bordar la primera estrella en su escudo. Como en aquella ocasión, enfrentó en la definición a un equipo rojo; tal cual como aquella vez, terminó lejos de casa, pero NO creen en las coincidencias. Dudamel asegura tener la receta para acabar con el ayuno de los ‘leopardos’ en 75 años de historia, una frase resume el espíritu del entrenador venezolano que ya fue campeón de Colombia con Deportivo Cali.
“Ellos han jugado como unos campeones porque vamos a ser campeones, ya somos campeones”. Rafael Dudamel
El favoritismo del León
Pablo Peirano, que armó su columna vertebral con los recién llegados Mosquera, Agüero, Ortíz y Torres, más el interminable goleador Hugo Rodallega, quien ya estaba en el equipo, dejó claro antes de la final que el miedo no es lo suyo.
“El riesgo es de miedosos y nosotros no lo somos”. Pablo Peirano
El entrenador uruguayo, que llegó en octubre pasado para empezar de ceros, espera que en su Santa Fe la tercera sea la vencida. En el corazón de los rojos, todavía duele aquel mal primer tiempo en Cali que terminó con una ventaja del América que no se pudo remontar en El Campín; el equipo de Juan Cruz Real levantó la copa en 2020, era el fútbol de la pandemia, ese día de diciembre a los cardenales les faltó un gol para llegar a los penales. Ni hablar de Henry Rojas que, en 2017, dejó herido el proyecto de Gregorio Pérez en Santa Fe…Precisamente, ese es el reto: acabar con la racha de finales perdidas por liga.
Nota final – Dudamel y Pereirano: rebeldes con causa
En un fútbol en el que se copian modelos y se adaptan ideas, uruguayo y venezolano se salieron del molde, Santa Fe y Bucaramanga apostaron por defensas con tres centrales; en el universo de los extremos, ellos se la jugaron en muchos casos por dos delanteros, dejando claro que el fútbol es un juego infinito y está lejos de los dogmas y las verdades absolutas.
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