El siete de septiembre del 2012 fue el día que más calor sentí en mi vida. Estaba en Barranquilla, eran las 2:00p.m. y yo estaba sentado en alguna silla del Estadio Metropolitano cansado del “corre-corre” previo y sin imaginar el concierto que estaba a punto de presenciar. Eran los tiempos de la Selección Colombia de Don José ¿El rival? La Uruguay de Oscar Washington Tabarez. Colombia debía dar el golpe sobre la mesa para dar un paso crucial y acercarse a la Copa del Mundo de Brasil 2014.
Recuerdo la fila y la algarabía de la gente, pero lo que más recuerdo es el calor insoportable de esa tarde. Soy costeño. El Caribe corre por mi piel, pero ese día sentí que el sol era más potente que nunca. Lo último que quería ser, en ese momento, era un futbolista uruguayo.
En la ventana anterior de Eliminatorias, Colombia tuvo altibajos y generaba dudas, un triunfo 1-0 sobre Perú en Lima, y derrota ante Ecuador, por igual marcador. La expectativa ante Uruguay, que venía invicta, era grande y representaba una prueba exigente.
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Ese día, el equipo de Don José formó con David Ospina; Camilo Zúñiga, Amaranto Perea, Carlos Valdés, Pablo Armero; Edwin Valencia, Abel Aguilar, James Rodríguez, Macnelly Torres; Teófilo Gutiérrez y Radamel Falcao García.
Pitazo inicial y arrancó el baile de la mejor manera, a los dos minutos de partido, Radamel Falcao García abrió el marcador y, con ello, la alegría se teñía de amarillo, azul y rojo. El sol seguía en su máximo esplendor y la piel, literalmente, ardiendo. Para Colombia fue un partido de ensueño, para los uruguayos, una pesadilla que no terminaba.
Teófilo Gutiérrez se lució con un doblete y la cereza del postre y espectacular cierre de partido fue la anotación de Camilo Zúñiga. ¡Qué día!, ¡Qué partido!, ¡Qué emoción!, ¡Qué Selección! y también ¡Qué calor!.
Para mí, fue de las mejores exhibiciones en el ciclo Pékerman. Las equiparo con el triunfo 3-1 en Chile (2012), la victoria frente a Polonia en 2018 y la inolvidable victoria 2-0 de Colombia sobre Uruguay en el Maracaná, en 2014.
El ciclo José Pékerman fue exitoso. Yo recuerdo muchas cosas con cariño y siempre tendré en mi memoria esa paliza futbolística ante un doble campeón del mundo en una calurosa jornada de 2012.
