Era 2001, tenía ocho años en ese momento y recuerdo perfectamente la imagen. La trascendencia de aquel partido. Ya era consciente de la importancia, pero también del sufrimiento que conlleva seguir a la Selección Colombia. Recuerdo de manera puntual ese partido en octubre de 2001.
También recuerdo que, tan solo unos meses antes, hubo gritos y emoción por el título de Copa América. ¡Qué alegría inolvidable! Pero las Eliminatorias ya eran otra historia, otro cuento.
Colombia estaba peleando con Uruguay para ir a la Copa del Mundo del siguiente año. Recuerdo que se habló mucho del árbitro en los canales de televisión ¡Pierlugi Collina! Sí, el mejor árbitro del mundo fue al Estadio Centenario a pitar ese duelo. Recuerdo el gol uruguayo, de penalti, marcado por Magallanes.
Me acuerdo, aún más, del golazo de Valentierra. Se lo inventó él solito, con un latigazo, selló el 1-1 definitivo. Lo que después recuerdo de esa Eliminatoria son los goles, goles y goles de Colombia contra Paraguay en Asunción, con mucha tristeza, mientras Uruguay y Argentina bailaban la falsedad.
Ocho años tenía en ese momento, pero ya sabía cómo era seguir la Selección Colombia. El mismo año tocó celebrar una Copa América y, asimismo, sentir la amarga derrota de la eliminación de un Mundial. Hice el curso intenso de hincha tricolor. Express.
Corea-Japón 2002 fue la primera Copa del Mundo sin Colombia, luego de estar en tres ediciones de manera consecutiva. Quién iba a pensar que tocaba esperar hasta 2014 para volver a sentir a Colombia en un campeonato mundial. Inevitablemente, cuando hablamos de 2014, se nos viene a la mente Uruguay, pero esta es otra historia. Una con final feliz; para muchos, la más feliz de la historia nacional. Aunque de eso, escribiré en algún otro momento.
Recuerdo ese partido de 2001 y recuerdo al Víctor de ocho años. Veintitrés años después, soy periodista deportivo y el amor por los colores y la Selección Colombia se mantiene intacto. En cuanto al pensamiento sobre Uruguay, no cabe duda que siempre será un rival especial.