Cuando América de Cali fue Campeón de la Copa Libertadores por un minuto

En los años 80’s, América de Cali tuvo su mejor época, paradójicamente, también fue la más amarga. Obtuvo siete ligas entre 1979 y 1990 y jugó tres finales consecutivas de la Copa Libertadores sin ganar ninguna. En 1987, la expectativa era alta, tras perder contra Argentinos Juniors en 1985 y contra River Plate en 1986.

El equipo escarlata contaba con una nómina de lujo, con nombres como Julio César Falcioni, Roberto Cabañas, Antony de Ávila, Willington Ortiz, Ricardo Gareca, Juan Manuel Battaglia y Gabriel Ochoa, como director técnico. Era un equipo de ensueño. En ese momento, la Copa Libertadores contaba con un formato que, en primera fase tenía cinco grupos con cuatro equipos cada uno, donde pasaba el primero. América de Cali estuvo en esa fase de grupos de 1987 con Deportivo Cali, The Strongest y Oriente Petrolero. 

América logró un total de 8 puntos en la fase regular, ya que en ese momento se daban 2 puntos por victoria y no 3; producto de tres triunfos (1-0 a Deportivo Cali, 3-1 a Oriente Petrolero y 6-0 a The Strongest), dos empates (1-1 con The Strongest y Oriente Petrolero) y una derrota (2-1 con Deportivo Cali).

Foto Villegas Editores

Empató el liderato del grupo con Deportivo Cali, por lo que hubo un partido de desempate con clásico vallecaucano. El club azucarero tenía en su nómina estrellas como el portero Jorge Rayo, Álvaro Escobar, Félix Polo, Carlos ‘Pibe’ Valderrama, Armando Portilla y Bernardo Redín. En los 90′ el partido quedó 0-0, sin embargo, estuvo a la altura de ambos equipos con los nombres que tuvieron en cancha, con ocasiones para ambos y con intervenciones importantes de los arqueros. Se resolvió desde el punto penal, donde avanzó América por 4-2 en los cobros.

En segunda ronda, se hicieron dos grupos de tres equipos, con el líder de cada uno de los cinco grupos de la fase anterior y añadiendo a River Plate, campeón vigente que, justamente, había derrotado a los ‘Diablos Rojos’. América de Cali se cruzó con Cobreloa de Chile y Barcelona de Ecuador; empató los dos encuentros con los chilenos (2-2 y 1-1) y le ganó por duplicado a los ecuatorianos (0-2 y 4-0). Los escarlatas ganaron el grupo y pasaron a la final con Peñarol de Uruguay, que superó a River Plate e Independiente de Avellaneda.

El 21 de octubre de 1987, el Estadio Olímpico Pascual Guerrero acogió el partido de ida de la gran final. Tan solo ocho minutos tardó América en irse arriba en el marcador; Juan Manuel Battaglia cobró un tiro libre de pierna derecha, elevó la pelota por encima de la barrera y la puso en el ángulo del portero Eduardo Pereira. Celebración y abrazo grupal junto al córner ante la ovación caleña, que mantenía la ilusión internacional.

Foto La Monserga del Fútbol

Para completar una noche redonda para la dupla paraguaya Battaglia-Cabañas, a los 27 minutos, Roberto, con la 10 en su espalda, sacó un tiro de media distancia, tras ‘matar’ la bola con el pecho, que entró violentamente pegando primero en el palo y haciendo “pica-barra”. Golazo, montonera en la esquina y diferencia de dos tantos para un América que viajó a Montevideo con la fe intacta en su tercer intento de la conquista continental.

El partido de vuelta fue el 28 de octubre, en el Estadio Centenario de Montevideo. Peñarol empezó de manera arrolladora, pero al minuto 19, Roberto Cabañas voló y cabeceó; nada pudo hacer Pereira, que estaba a mano cambiada. Celebró eufóricamente -con razón- con manos extendidas y una carrera casi olímpica en la pista de un templo del fútbol sudamericano. El equipo colombiano resistió parte de la embestida charrúa, pero al minuto 67, a través de un tiro de esquina, Diego Aguirre puso el empate de cabeza. Sobre el final, casi que reviviendo la maldición, llegó un tiro libre de Jorge Villar que dejó a Falcioni estático y Peñarol ganó al minuto 87. Se empataba la serie y el campeón se definía con un tercer partido en cancha neutral.

Te puede interesar: Ver resumen de los partidos de la final

El Estadio Nacional de Santiago albergó el partido del desempate; la llegada de América a Chile para definir la serie en el fue otra odisea. “El vuelo que llevó a Peñarol a Santiago llegó por la mañana. A nosotros nos tuvieron todo un día en el aeropuerto. Las autoridades de Uruguay nos dijeron que el avión que nos iba a llevar tenía problemas mecánicos…Nos tocó dormir en el aeropuerto, mientras los pasajeros no podían creer que en pocas horas teníamos que definir el título de la Copa” dijo Álex Escobar para El Tiempo.

Por la diferencia de goles a favor acumulada, a ‘la mechita’ le servía el empate para alcanzar la gloria continental tras las derrotas con Argentinos Juniors y River Plate. El equipo colombiano quiso aguantar el resultado desde el comienzo del partido, hasta que en el minuto 74 hubo revolcón por una expulsión en cada cuadro: José Herrera y a Roberto Cabañas. “Yo intuía que mis compañeros no iban a aguantar ese partido. Lastimosamente, a mí me expulsaron y traté al máximo de ganar tiempo, pero nada sirvió. Quizás fue irresponsabilidad; quedamos con diez hombres. Si yo hubiera estado, las cosas iban a ser diferentes” declaró Cabañas para El Tiempo.

Después de la expulsión, Gabriel Ochoa Uribe hizo el único cambio, sacó a Ricardo Gareca y puso a Enrique Esterilla, un medio defensivo. “Ochoa nunca me mandó a la cancha a atacar, sino a defender el 0-0 que nos daba la Copa. Es más, alguien en el banco me puso una cinta adhesiva alrededor de un dedo en la mano. El técnico me dijo: ‘Cada vez que se toque o mire la cinta, recuerde que tiene que patear al arco contrario o reventar la pelota’”, contó Esterilla.

Puede leer: América estuvo a un minuto de ser campeón de la Libertadores

Las expectativas eran grandes no solo en Cali, sino a nivel nacional. No es mentira decir que la mayoría del país esperaba aquel primer título de Copa Libertadores en la historia de Colombia; eran tiempos de menor regionalismo en el deporte. Daba la impresión de que los ‘Diablos Rojos’ fueron superiores en la serie, el empate los coronaba campeones continentales y los 90 minutos reglamentarios terminaron en tablas. Los arqueros fueron los protagonistas de la prórroga.

Cuentan que en Colombia se empezó la preparación para celebrar el título, con el pasar de los minutos, la gloria continental se veía cada vez más cerca, hasta que, a falta de un minuto para terminar el partido en Santiago de Chile y con el marcador 0-0, se fue la luz en parte del territorio colombiano. Dicen que hubo festejo ante los televisores apagados y las radios que dejaron de sonar, que en Cali y en Bogotá se celebró la primera Copa Libertadores colombiana; otros cuentan que no faltaron los escépticos que esperaban que retornara la transmisión para rectificar el resultados.

Foto El Gráfico

Como si de un cuento se tratase, la luz regresó y la primera imagen proyectada fue la de Diego Aguirre celebrando el gol de Peñarol, que le daba el título de Copa Libertadores al club uruguayo. Los relatos apuntan a que en Cali y parte de Colombia celebraron el campeonato por un minuto antes de ver en repetición el derechazo de Aguirre que reavivó, en un abrir y cerrar de ojos, la “Maldición del Garabato”. Así, América de Cali perdió su tercera final continental consecutiva.

“En Cali se fue la luz y la gente salió a festejar que éramos campeones de América…Luego volvió la luz y se enteraron que Peñarol metió gol en la última jugada y perdimos” contó Juan Manuel Battaglia en alguna ocasión.

author avatar
Juan Sebastián Neira