Sí, la Selección Colombia se consagró campeona del mundo en la primera edición del Mundial Femenino de Fútbol para amputadas y claro que hay que sacar pecho y estar orgullosos de la obtención de este histórico título.
El primer campeonato tuvo como sede la ciudad de Barranquilla, durante una semana el Estadio Romelio Martínez abrió sus puertas para recibir a las selecciones participantes. Colombia, la anfitriona, marcó su territorio desde el inicio con la victoria 1-0 sobre Polonia y la goleada 4-0 a Brasil; se midió con Perú en cuartos de final y también lo superó por 4-0; en la semifinal se enfrentó a Kenia y la mínima diferencia bastó para obtener el cupo a la final del certamen.
La tricolor llegó invicta al duelo final con Estados Unidos, ratificando su condición de favorita. Al frente, las norteamericanas que también llegaban con el arco en cero; en su camino se cruzaron dos tandas de penales en cuartos de final y semifinal ante Inglaterra y Polonia, respectivamente.
En el desarrollo del partido, las estadounidenses se adelantaron en el primer tiempo y en el complementario, Colombia igualó. Se definió en una tanda de penales donde la arquera tricolor estuvo impecable atajando los cobros y fue la heroína del primer título mundial.
Seguramente esto no trascenderá de la misma manera que sí lo hubiera hecho un torneo habitual, pero para mí, incluso tiene algo más de valor por las condiciones. Este es el verdadero “gracias guerreras” porque ellas sí que lo son. Una vez más, el fútbol demuestra que es para todos y, aunque algunas veces pueda servir como un escape a la realidad, en otros casos se convierte en la realidad y la salvación de alguien.
Demos lugar al reconocimiento, al orgullo que representa portar los colores de la bandera tricolor y mostrarlos ante el mundo. ¡Colombia es campeón del Mundo! un título que vale más que oro para esas mujeres y deja una huella imborrable por ser las primeras campeonas mundiales.
